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Desde MANN-FILTER, fabricante líder en sistemas de filtración, advierten que no respetar los plazos de cambio de filtros del automóvil conlleva un mayor consumo de combustible o una disminución de la autonomía en el caso de los vehículos electrificados, sobre todo, en los momentos en los que hacemos más uso de los sistemas de climatización, como puede ser ahora con la llegada del invierno, en el caso de los filtros de habitáculo.
Y es que en los años en los que los niveles de floración y sequía son elevados, como los de este año, en el que además se añadió el efecto de la calima que azotó a nuestro país en el mes de marzo, en caso de que desde primavera no se haya reemplazado el filtro del habitáculo, es posible que lleguemos al invierno con el filtro colmatado. Así, al conectar la calefacción, notaremos que no entra el aire y subiremos la velocidad del ventilador del sistema, con el consiguiente aumento de consumo y desgaste innecesario del sistema de climatización.
En este sentido, la recomendación siempre es respetar los periodos de mantenimiento recomendados, que en el caso de los filtros de habitáculo suele ser una vez al año o cada 15.000 kilómetros.
Filtros de aire, aceite y combustible colmatados: además, riesgo de avería del motor
En el caso de los filtros de aire, aceite y combustible, del mismo modo, no respetar los plazos de sustitución recomendados, no solo conlleva un mayor consumo y el consiguiente aumento de las emisiones contaminantes, sino también riesgo de avería del motor.
El motivo, en este caso, es similar: se trata del ‘efecto de pérdida de carga máxima’. Es decir, aumenta el esfuerzo que deben hacer los diversos componentes del motor en hacer pasar el fluido a través del medio filtrante.
Conviene recordar a este respecto que los filtros trabajan mediante el ‘efecto en profundidad’, es decir, “la separación de partículas se produce en el interior del entramado de fibras que constituye dicho medio filtrante”, explican desde la compañía.
“Al inicio del proceso de filtración se depositan primero algunas partículas en la superficie de las fibras, y al ir transcurriendo el tiempo, va aumentando la densidad de ocupación y pueden configurarse formaciones dendríticas -densas y con ramificaciones- que, además, van a contribuir a mejorar el rendimiento de filtrado”, explica Antonio Martínez, responsable técnico de MANN-FILTER en España y Portugal.
No obstante, con el tiempo, el volumen de fibras disponible en el medio para el almacenamiento de las partículas que se separan se irá reduciendo, de modo que la pérdida de carga aumenta, “es decir”, explica Martínez, “el esfuerzo que tiene que realizar el motor para hacer pasar los distintos fluidos a través de los filtros, aumenta”, lo que se traduce en un mayor consumo de combustible.
Tras un periodo de servicio, “que viene especificado en los manuales de mantenimiento del vehículo”, señalan desde la compañía, el filtro queda colmatado, alcanzando el punto máximo de pérdida de carga, momento en que debe ser sustituido.
Así, “no cambiar los filtros cuando corresponde”, advierte el responsable técnico de MANN-FILTER, “significa circular con los filtros colmatados, que implica que el motor realice un esfuerzo extra para mover los fluidos a través de esta concentración de suciedad, lo que va a repercutir en un aumento del consumo y de las emisiones contaminantes”.
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